El biólogo estadounidense Edward O. Wilson, considerado el padre de la biodiversidad, murió el domingo a los 92 años en Burlington (Massachusetts, EU), se informó ayer.
Considerado el heredero de Charles Darwin, Wilson fue uno de los científicos más influyentes y de mayor reputación internacional de las últimas décadas.
Fue el primero en averiguar que las hormigas se comunicaban a través de un intercambio de sustancias químicas, ahora conocidas como feromonas.
Profesor durante 46 años en la Universidad de Harvard, se encargó de introducir en la literatura científica conceptos como biodiversidad, conducta social, éxito reproductivo, parentesco genético o biofilia, el placer espontáneo que sentimos en contacto con la naturaleza salvaje.
Además, Wilson estableció la sociobiología como un nuevo campo de la ciencia, dedicado a estudiar el comportamiento social de los animales, incluidos los humanos.
Una de sus ideas más controvertidas apareció en el libro Sociobiology: The New Synthesis, publicado en 1975 y en el que describió el papel que la genética juega en el comportamiento de los animales.
En su último capítulo, dedicado a la humanidad, Wilson argumentó que el comportamiento de las personas está basado en la genética, de manera que cada una tiene genes que le hacen más proclives a unos comportamientos, como bondad, agresividad o división del trabajo por género. Esas ideas hicieron que otros académicos vincularan su teoría a las teorías de la eugenesia nazi, lo que provocó críticas.
En los últimos años de su carrera, Wilson se convirtió en una de las figuras más comprometidas con la defensa de la naturaleza.
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