Vehículos cubiertos de una capa de polvo naranja, pasillos del metro con arena y un cielo teñido de rojo: una gran nube de polvo proveniente del Sáhara se cernió desde la noche del lunes sobre buena parte de España, antes de continuar hacia Francia.
Personas limpiando con mangueras sus coches, sus terrazas o los portales de los edificios se podían ver en pleno centro de la capital española, donde este fino polvo ocre transformó el paisaje. En el metro y los estacionamientos los suelos estaban polvorientos y las ventanas en los últimos pisos de los edificios mostraban manchas marrones.
Atravesando los Pirineos, el fenómeno llegó este martes al oeste de Francia, y debe continuar hacia el norte, según el servicio meteorología Météo France, que advirtió que podría prolongarse hasta el jueves.
En España, a este fenómeno meteorológico, de fuertes vientos calientes cargados de polvo de arena del desierto del Sáhara, se le denomina calima. Es bastante común, sobre todo en el archipiélago atlántico de Canarias, situado en el noroeste de África.
El actual es un "extraordinario episodio de calima con reducciones de la visibilidad muy importantes en amplias zonas de la península", detalló en un mensaje a periodistas Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que afecta a "ciudades tan distantes como Granada (sur), Madrid (centro) y León (noroeste)".
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