Jeremy Hunt, ministro de economía del Reino Unido, informó este jueves 17 de noviembre que la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés), que supervisa las cuentas públicas, estimó que el país ya entró en recesión y que la inflación británica se situará este año en el 9.1 por ciento.
Ante este panorama, el gobierno elevará un impuesto sobre las ganancias extraordinarias de las empresas de energía en un paquete de 55 mil millones de libras (unos 65 mil millones de dólares) en aumentos de impuestos y recortes del gasto como parte de un presupuesto de emergencia destinado a restaurar la credibilidad económica de la nación y remendar su maltrecha economía.
Jeremy Hunt se comprometió a gastar miles de millones de libras para ayudar a los consumidores a pagar las elevadas tarifas de electricidad, aumentar los beneficios sociales y las pensiones de manera acorde con la inflación y mantener las inversiones en proyectos de energía e infraestructura.
Hunt dijo que el Reino Unido enfrenta “vientos globales en contra sin precedentes” al presentar el paquete de medidas que, dijo, ayudará a domar la inflación, frenar la deuda pública y a la vez reforzar la economía. “Es un plan equilibrado para la estabilidad, un plan para el crecimiento y un plan para los servicios públicos”, dijo en la Cámara de los Comunes. “Demuestra que uno no está obligado a optar entre una economía fuerte y buenos servicios públicos”.
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